Muy recientemente en Twitter, o al menos en mi perfil, aparecieron muchas historias, comentarios y hasta fotos de parejas contando que uno de ellos iba a hacer algo en específico, y al final la anécdota cambió, porque conoció a esa persona, quien actualmente es su pareja.
Por ejemplo: “yo solo quería… ir a la fiesta de mi mejor amiga” y esa persona cuenta cómo en la fiesta conoció a alguien, pasó el tiempo, comenzaron a salir y hasta hoy, han sido pareja durante mucho tiempo.
Las historias que publican son bastante variadas, están las más comunes, otras muy graciosas o también hay quienes comparten algunas un poco extrañas.
Y justamente eso nos sucede en todos los ámbitos. Planeamos algo, lo imaginamos, o actuamos según el día a día, y los acontecimientos posteriores llegan de forma natural. Así como pueden ser justo lo que esperábamos, también pueden sorprendernos con giros dramáticos.
Lo divertido es que no es algo exclusivo. Esto lo vivimos todos los días. Ya sea con alguien que con el tiempo se vuelve tu pareja, o tu amigo, o como en esas ocasiones que ibas a comprar un producto y terminas saliendo de la tienda con cinco cosas más… Pero cada uno de esos momentos tiene el potencial de convertirse en una buena anécdota.
Si tu solo querías ir de viaje para un paseo turístico y conociste al amor de tu vida. Disfrútalo.
Si querías llegar directo a tu hotel a descansar, pero en el camino encontraste un restaurante excelente. Disfrútalo.
Si querías ir a la playa, pero fuiste al campo… o si solo querías pasar tiempo con tu familia y efectivamente, viviste momentos grandiosos… Disfrútalo.
Cualquiera que sea el resultado… Vívelo y conviértelo en una historia interesante. Imagina la cantidad de personas que vivimos en este mundo, conviviendo o cruzando por el mismo camino, sin saber el desenlace de nada, ni nadie… Las posibilidades son infinitas.
Cierro esta publicación con una dedicatoria para esa persona que se acerca cada vez más a mis pensamientos, a mi sentir, y que me demuestra que juntos, podemos compartir muchas experiencias más.
Porque aquél día, yo solo quería terminar el trabajo pendiente… y ahora, él y yo vamos de un lugar a otro, tomados de la mano, con miradas de complicidad, inventando historias, bailando sin importar el lugar o el momento… y siempre sonriendo…