Hablamos tanto de nuestro trabajo, porque para la mayoría, este ocupa gran parte de nuestro tiempo sino es que… todo nuestro tiempo. Sin embargo, una posición laboral no nos define como personas. Somos mucho más que la descripción del rol y las actividades que desempeñamos. 

Una posición laboral, sin duda es importante. Es gran parte del tiempo invertido en el día. Es un canal de creación de nuevas oportunidades. Agrega experiencia y aprendizaje. Fortalece el desarrollo de habilidades, así como el crecimiento profesional y personal. Es generalmente la fuente principal de ingresos que nos permiten subsistir y disfrutar de otros beneficios. No obstante, un trabajo no eres tú. Trabajar para una determinada empresa no define quién eres. No define ni tus valores, ni todos tus talentos, ni tu esencia, ni todo tu potencial como ser humano.  Por ello, este escrito es para recordarte que somos, y eres, más que una posición laboral. ¡Por mucho! 

Los tiempos definitivamente cambiaron y la pandemia nos recuerda que nada es tan predecible, ni totalmente seguro. Bajo este contexto muchas personas perdieron su trabajo. Pero esto no significa que la vida se acabó. Será difícil, si, pero siempre habrá una solución. Ser contemporáneos es inventar un “plan B”.  Ya verás que vendrá algo mejor. Solo nos estamos adaptando. A veces es necesario dar dos pasos atrás, para poder saltar más lejos.

Recuerda: tú no eres tu trabajo. Las empresas no siempre pueden ver el 100% de tu potencial. Aún si lo vieran, no es definitivo que podrán mantener tu rol o justificar ese puesto bajo circunstancias extremas, como las que estamos viviendo. 

Disfruta lo bueno que esté frente a tus ojos. Disfruta a tu familia, amigos, incluso tu mascota o esa plantita que sigue floreciendo cerca de la ventana.  No detengas tu vida… no te detengas por un trabajo. Date permiso de disfrutar, distraerte, de tomar una pausa y bajar el ritmo si es necesario. Los trabajos son como las casas: siempre habrá alguien buscando, y al mismo tiempo siempre habrá alguien contratando, comprando, construyendo… Así como dicen “para todos hay”. 

Para cerrar, te comparto estas lecciones aprendidas por Brigette Hyacinth, oradora internacional, autora de bestsellers y líder intelectual en liderazgo, recursos humanos, inteligencia artificial (IA) y transformación digital.

Lecciones aprendidas:

1. Puedes ser el mejor candidato y aún así no ser seleccionado.

2. Si no conseguiste el trabajo, nunca fue para ti.

3. No fuiste rechazado, fuiste redirigido.

4. Tu valor no disminuye en función de la incapacidad de alguien para ver tu valor.

5. Cree en ti mismo y sigue intentándolo, la puerta correcta se abrirá para ti.