La danza es una parte fundamental de mi vida. Aún ahora que no la practico con frecuencia, no como lo hacía antes. Sin embargo, por muchos años tuve la oportunidad de vivirla. De distintas maneras se fue apropiando de mi ser y se convirtió en una de las actividades más importantes para mí (y mi bienestar).  Cada día fui aprendiendo algo nuevo, sin saber que serían enseñanzas para la vida diaria. 

Si me lo preguntan, yo siempre recomiendo la danza como una actividad que puedes practicar a largo plazo. Mejora el estado de ánimo, estimula la atención, memoria, coordinación e incluso la conciencia espacio-temporal. Además, te permite conocer personas increíbles y experimentar momentos que solo se viven a través de la danza. Desde el foro, la música y conexiones más allá del escenario. 

Reconozco que cualquier actividad integral como las artes, los deportes, entre muchas otras, te enseñan sobre la disciplina, dedicación, perseverancia, trabajo en equipo y más. Pero hoy nos enfocaremos en la danza, porque esto es lo que yo aprendí: 

  1. Se trabaja mejor en equipo. 
    Debemos aprender a colaborar. Ser conscientes de nuestros actos y en cómo pueden impactar a otros, tanto de forma positiva como negativa. Un equipo de verdad, puede convertirse en tu familia. 
  1. Cuida tu cuerpo, es lo más preciado que tienes. 
    Tu cuerpo te permite estar aquí y ahora, y hace cosas increíbles. No lo pienses como algo ya asegurado y permanente. Cuidar tu cuerpo es la clave para seguir saludable, en un estado óptimo y que te permita seguir viviendo mucho más. 
  1. Una palabra: Disciplina.
    La disciplina lo es todo. Te enseña a ser constante, a permanecer, y crecer. Si quieres ver resultados, debes trabajar por ello. Cumplir, presentarte cada día y hacer tu parte con la mejor actitud. La disciplina es algo que se requiere en cualquier ámbito, día a día. Recuerda: no debes restarle mérito a algo, solo porque no sucedió de forma inmediata. Muchas cosas tardarán meses o incluso años en lograrse. La disciplina va de la mano de la perseverancia. No te rindas. 
  1. Siempre puedes hacer más.
    Va a existir más de un camino. Siempre puedes hacer más, y la danza es uno de esos caminos.  Hacer ejercicio no es sinónimo de gimnasio, no siempre. Hacer ejercicio no tiene que ser aburrido ni monótono. Así es en la vida diaria también… solo porque tengas un camino ya trazado, o una opción fácil frente a ti, no significa que sea la única. 
  1. Confía en ti. 
    A través de la danza, aprendes a solucionar y a seguir adelante (con una sonrisa). La confianza en ti es lo más importante. Lo trabajas diariamente y te servirá hoy y siempre. Exponerte frente a desconocidos, o quizá solo conocidos, es un reto que aprendes a manejar y que cada vez resuelves mejor. Tener seguridad en tu persona, se refleja en tu forma de ser y tus acciones. Y si, si hace la diferencia.

Estos aprendizajes son los que yo resaltaría al hablar de la danza y cómo ha influido en mi vida diaria. Principalmente, gracias a la danza aprendí a siempre tener un momento para mí, para hacer lo que me gusta, lo que me apasiona y siempre agradecer por el momento presente. Por ese espacio y lugar donde estés. Porque no tenemos certeza de lo que vendrá mañana, pero siempre podemos disfrutar este momento, aquí y ahora. 

Por último, aprendí que es mejor compartir. Compartir lo que sabes, compartir tu pasión y tu talento. Porque gracias a las hermanas Juárez, Luz, Sonia y Mimi, de Tiare Escuela de Danza, por ellas que siguen compartiendo por medio de la enseñanza, gracias a ellas conocí realmente lo que significa, que la vida es mejor bailando. 


Sin duda alguna, podríamos extender la lista. ¿Agregarías algo más? 

Si llegaste hasta el final de esta publicación, no olvides compartirlo y dejar tu comentario.  Cuéntame ¿qué actividad consideras que influyó en tu vida? ¿Cuál fue tu mayor aprendizaje?