Me tomé una pausa escribiendo, para concentrarme y para procesar todos los cambios que estuve viviendo el año anterior. La conclusión de ese tiempo fuera, es que ya me toca volver. Ya es hora de encontrarme de nuevo.
Es momento de retomar mis proyectos personales, y uno de ellos, entre los más importantes para mí, es escribir.
En este post, el primero del 2022, comparto contigo 5 reflexiones esenciales para mí, con la finalidad de intercambiar, de darte algo. Ya sea apoyo, ánimo o simplemente algo en qué pensar.
- La vida no es perfecta:
Parecería que todos los demás tienen la vida perfecta, excepto tú. Pero no es así. Los demás son tan humanos, y tan simples como tú. Tienen momentos buenos y malos; logros y también dudas, aventuras y también miedos. No te preocupes por lo que los demás hacen o dejan de hacer, por lo que dicen o no. No te compares. Recuerda: Todos tenemos caminos y tiempos distintos.
- Estás cambiando:
Cada día cambias otro poco. Estás madurando, sigues creciendo, y tu cuerpo definitivamente irá cambiando contigo. Tus metas, tus ideas, tus sentimientos han ido cambiando, y así lo hará todo tu ser. Tienes que reconocer que no eres la misma persona que hace 5 años. Así que acéptalo poco a poco, con calma. Quiérete así, y ábrete a lo nuevo, a lo diferente, a lo que viene.
- No lo puedes controlar todo:
Crees que con cada año que pasa, aprendes más y ahora lo sabes (casi) todo. Pero no es así Nemo. En realidad solo estás aprendiendo a pasito de hormiga. Sí has mejorado, sí te estás preparando más, peeeeero, así es la vida. Todavía faltan más retos, obstáculos, y dolores. Sin ello, no estarías donde estás ahora. Así que no te asustes tanto. Es normal, y lo normal es difícil de predecir. Recuerda, tienes que adaptarte y tienes que saber solucionar. No le tengas miedo a la incertidumbre. No dejes que eso te paralice. Hay que jugársela. Lánzate, y a ver qué pasa.
- No escuches el ruido de afuera:
Hay personas que nos quitan energía, que siempre tienen algo malo que decir, algo que juzgar, que comparar o presionar de alguna forma. Sin embargo, es necesario bloquear eso y tomarte un momento para ver a tu alrededor y reconocer todo lo bueno que tienes. Desde las personas con quienes cuentas, hasta el lugar en donde estás. A veces nos acostumbramos tanto a algo, que dejamos de reconocer su valor. No escuches el ruido de afuera, no dejes que otras personas te quiten lo que tienes, que dañen tu espacio, tu mente, o tu ser. Concéntrate en todo lo bueno que te rodea.
- No te guardes nada:
Dilo como puedas, como salga, como sea. Tienes que expresarte con claridad. Saca esas ideas que están dando vueltas en tu cabeza. Cuenta eso que te está quitando el sueño. Comparte lo que sientes, porque seguramente hay alguien más que se siente exactamente igual. No es algo que puedas hacer de un día para otro, pero definitivamente es algo que puedes ir practicando poco a poco. Verás que el dolor y las dudas disminuyen, por ende, la calma y la claridad engrandecen. La mayor parte del tiempo, si te guardas algo, lo que sea, normalmente parece peor en nuestra mente. Duele más en el corazón y termina afectando el cuerpo y la salud también. Así que intenta, poco a poco, como puedas, pero no te guardes nada.
Yo lo estoy intentando. Estoy intentando enfocarme en mí, en estar bien, trabajar en mi salud, mi cuerpo, y en estar fuerte en todos los sentidos: mente, cuerpo, corazón. Porque solo así puedo contribuir a mi entorno y a quienes me rodean.
Reconozco que es totalmente normal tener episodios en los que dudamos de todo y es que eso es de lo más natural. Sin embargo, si te abres a tu familia, tus amistades o seres queridos; alguien de confianza o incluso con un profesional, encontrarás una solución. Si te abres al mundo, a lo que te rodea, siempre encontrarás una salida.
Como mencionaba al principio de este post, espero que en estas reflexiones hayas encontrado algo de apoyo, ánimo o simplemente algo en qué pensar.
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Vamos un día a la vez.
Bienvenido el 2022 y en este año, no quiero ser muy ambiciosa. Todo ha sido tan incierto, que es mejor buscar paz en uno mismo. Buscar calma.
Hoy que compartimos estas palabras, te deseo un año tranquilo. Que vengan nuevas oportunidades y experiencias, y que dentro de ti, encuentres la sabiduría, fuerza y paciencia para solucionar los retos que puedan presentarse.
Te deseo salud y que nos sigamos encontrando por acá, compartiendo experiencias, compartiendo hoy.
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Antes de terminar, dejo plasmado aquí lo mucho que le debo a mi familia, mis amigos, mi pareja, y esas personas que se han cruzado en mi camino. Quienes me han escuchado, me han apoyado y como les digo en confianza, quienes me han aguantado.
Gracias por estar ahí. Yo también, aquí sigo para ustedes.