Hoy en tu cumpleaños aprovecho para reconocer el gran trabajo que haces día a día. 

No solo como papá sino como la persona íntegra que eres, y sin duda, mi ejemplo a seguir. 

Eres una de las personas más brillantes que conozco, y no solo en el sentido académico o profesional. Para mí, es un orgullo decir que me has acompañado siempre, con tus consejos, tus ideas, aventuras y muchísimo más. 

Hay tanto que he aprendido de ti, que a veces me río sola, al darme cuenta que he dicho una frase como tú lo harías. Pero incluso eso me da gusto, porque disfruto poder narrar todas las aventuras que hemos vivido como familia. Tus ocurrencias, tus historias, tu disciplina, tu temple, tu integridad, y cómo cada año te las arreglas para seguir adelante, para seguir enfrentando los retos que se presenten y aprender de todo ello.

Entre más pasa el tiempo, más agradecida estoy por la vida que me has dado, por las experiencias y lecciones que me has regalado. Te presumo mucho papá, y lo seguiré haciendo. Porque no cualquiera puede compartir lo que nosotros. No cualquiera tiene esos viajes memorables con la familia. No cualquiera tiene tantas aventuras y aprendizajes con su papá. No cualquiera se queda horas y horas y horas hablando con su papá. 

Eres mi guía, mi inspiración, mi fuerza. Eres esa persona a quien acudo para discutir sobre alguna idea, por mentoría, o simplemente para contarte cómo fue mi día. 

Gracias por estar papá. Gracias por seguir aquí. 

Hoy celebramos tu vida. Celebramos que sigues aquí a nuestro lado. Que sigues presente, que sigues compartiendo experiencias con tu familia. Porque definitivamente, sin ti, nada sería igual. 

Te admiro hoy y siempre. En las buenas y en las malas, en los sube y baja… de un lado al otro, al derecho y al revés… como sea, aquí seguimos celebrando un año más de vida. Esperando que vengan muchos más. Porque aún nos falta mucho camino por recorrer juntos. Aún tienes mucho que enseñarme, mucho que contarme y muchas anécdotas nuevas por crear. 

Gracias por ser el inventor más ingenioso, por todas esas navidades llenas de recuerdos, por todos esos momentos buenos -y no tan buenos- acompañándome, y muchas gracias por escucharme, pero sobre todo, gracias por dejarme ser. 

Gracias por todas tus bromas, por tus deliciosos platillos, por esas cenas hablando hasta tarde, por los detalles con una pizca de misterio y de magia… 

Gracias por seguir insistiendo en tomarnos una foto cada vez que estamos en el aeropuerto. Gracias por llevar ese conejito en secreto para que se quedara como mascota. Gracias por esa carnita asada que tanto hacía falta aquél fin de semana. Gracias por esa ida a la playa y por las innumerables aventuras en el mar. Gracias por ayudarme con el cambio de casa. Gracias por recibirme siempre con los brazos abiertos. Gracias por confiar, por creer  y por escucharme aún cuando ni yo sé qué digo… 

Gracias por enseñarme que no se trata de ganar, sino de divertirse. Gracias siempre. Gracias por tanto papá. 

¡Feliz cumple!

Te quiero papá. 

– Tu hija consentida