person sitting near table with teacups and plates

Cuando dejas de sentir miedo por decir lo que piensas, te das cuenta que los demás también han pasado, o están viviendo situaciones similares a ti. Cuando te animas a hablar, a compartir, y a externar aquello que sientes, dentro de lo razonable, te das cuenta que las personas a tu alrededor dicen “yo también”; y eso, al menos a mí, me ha ayudado a darme cuenta que no tengo porque ocultar lo que siento. Al contrario, ser honesta, transparente y genuina conmigo misma y con otros, me ha llevado a conectar con personas muy similares a mí.

De esa manera, como un imán, vas atrayendo personas con quienes sintonizas, con quienes te sientes en confianza y total comodidad. Como cuando sin (aparentemente) una explicación clara, simplemente dices “conecté muy bien con tal persona”Aunque, ello no es casualidad. Realmente lo que sucede es que no pretendes ser alguien más. No pretendes presentarte como algo que no eres. Y eso, es la autenticidad de cada uno. Eso es lo que permite que otros puedan identifcarse contigo, y al escucharte, valorar eso que puedes compartir. 

Todos andamos por la vida dando la mejor cara. Pero a veces… no es tan fácil. A veces, está bien decir ando batallando” o está bien decir “no la pasé del todo bien en ese tiempo”.  Y cuando te abres al mundo, este se abre a ti. Te lleva por un camino donde vas encontrando espacios con gente similar. 

Hoy doy gracias por esta claridad y confianza. No me da pena hablar de mi recorrido. Entiendo que es solo eso, mi recorrido por esta vida. Arriba y abajo y de un lado a otro. Acompañada de personas que me dan fuerza, me hacen sonreír, y que al escucharme dicentodos andamos igual”. Esa empatía, esa apertura es lo que hoy me da el impulso de seguir adelante y con confianza de ser yo misma. 

En este año, he conocido personas nuevas y diferentes. Porque he hecho el esfuerzo consciente de abrirme yo primero. De acercarme, de hablar. Fui reconociendo que todos estamos igual. Sorteando el camino y a veces, nos desviamos y vemos a los demás como si fueran mejores. Y aunque algunos parecen van más rápido o la tienen más fácil, no dejes que esa sensación influya en tu actuar.  

En mi caso, yo voy contra viento y marea. Porque así soy. Yo voy con más… chispa, digamos. Más cambios en la historia, y definitivamente, siempre, aprendiendo. Porque lo importante es seguir avanzando.  Dejo aquí esta reflexión, tratando de darle forma a lo que sentí hoy después de una charla de horas, con una persona que conocí hace poco. Que nos dimos la oportunidad de vernos, tomarnos un café…dos. Y reírnos, y compartir cómo llegamos hasta aquí, a coincidir. 

Que reconozco, no sé si lo que escribí hoy te hizo algún sentido. Pero este es mi blog… Así que las incoherencias, pensamientos, ideas y experiencias van por acá, para compartir.  

Pero a mí sí me hizo sentir que voy bien. Voy por buen camino. Un día a la vez. Siendo honesta, siendo yo. Permitiéndome ampliar mi círculo social y de interacciones; hablando, conociendo, siendo más flexible. 

Hoy te invito a decirle “hola” a alguien diferente, alguien nuevo. Quizá alguien con quien coincides en el día a día, y no se han acercado aún. Da ese primer paso y tú también, puedes crear más conexiones auténticas. 

Al final… Lo mejor que puede pasar, es que te des la oportunidad de conocer a personas afines a ti. 

Anímate 🙂