Sucesos diferentes e innumerables hay todos los días. Trágicos, disruptivos, complicados, felices, simples, cotidianos… de todo, y nosotros vamos sobrellevando uno a la vez.

Este mes, el primero de lo que espero sea un buen año, comenzó y concluyó con una linda celebración en compañía de excelentes personas… y no cambiaría nada. Como dicen por ahí esa noche inaugural del 2019 “fue linda mientras duró” y así debemos vivir, disfrutando el momento presente. Porque la realidad es que no tenemos la respuesta certera del minuto siguiente…

Tan pronto pasaron los días, se dio inicio a la ráfaga de eventos que darían pie a nuevos escalones por aceptar y superar.

Me he puesto ya algunas metas personales, que sé que van a cambiar conforme el proceso. Esta vez intento no ser restrictiva o exigente conmigo misma, pero si liberarme más, confiar y expresar sin tantas ataduras, pero también guardando un poquito únicamente para mí. Pero por algo se empieza… es como un bosquejo a lápiz que iré corrigiendo y transcribiendo, esperando que sea para bien, para aprender y reconocer cuándo dar el siguiente paso.

Eso es enero, un primer mes de cambios.

Está bien ir despacio, y encontrar tu ritmo al compás de tu sentir... Al menos, así voy yo…

Como la primer línea de este escrito… cambios hay siempre, pero el ejercicio vital es adaptarnos y tomarlos con calma. Algunos llegan corriendo, hay otros que llegan con un dolor en el corazón, una punzada, o un dolor tremendo… hay unos que aunque quieras decir mucho… te dejan sin palabras… pero también hay los que llegan en el momento ideal, otros con una palmadita en el hombro, quizá un beso en la mejilla, hay los que llegan para quedarse pero también otros que son sólo una estrella fugaz… como siempre, como es la vida, hay un poco de todo… ¿o debería ser acaso mucho de todo?

Al día de hoy ya dudé, ya lloré, grité, me emocioné y también sonreí. Este último me parece uno de los más importantes, porque ante todo, eso nos ayudará a seguir. A respirar y vivir cada sentimiento con su justo tiempo.

Y hoy te escribo a ti, que me lees, que estás aquí tomando un breve momento para de alguna forma compartirlo…

…Porque así soy… intensa, pasional y reflexiva, y así le doy la bienvenida a este nuevo año. Con mis brazos abiertos, una mente que ha cambiado su pensar con la meta de seguir la transición y el crecimiento, un cuerpo equilibrado, pero lo más importante, rodeada de seres queridos y con un recorrido de personas que van y vienen, pero siempre algo dejarán… y sin olvidar, al día de hoy, te deseo también todo el éxito en tus proyectos, en tu ser, en la vida como tal, y te comparto un corazón en paz.

Porque como alguien me dijo hace poco, “la vida da vueltas” Y así, espero que girando nos encontremos de nuevo, me leas y podamos compartir una experiencia cada vez.

Que venga lo mejor en este año, saquemos provecho de la vida, de los momentos, de nosotros mismos…

El año pasado, ya fue, ya lo vivimos y lo aprecio… pero esto ya comenzó, así que recuerda dar gracias por un día nuevo. Sonríe, respira, da un paso más y… ¡A darle!