Este mes de abril se cumplen ya tres años desde que comencé a escribir en este blog.

Te doy gracias a ti que me lees, o que en algún momento lo has hecho. Gracias por acompañarme de vez en cuando y compartir esto que decido dejar plasmado.

No me rindo, aún no, así que como cada mes, vendrá una anécdota, una aventura, una reflexión, pero siempre vendrá algo más de mi parte, de mi corazón…

Este mes de abril se cumplen ya tres años…

Tres años que reúnen un poco de mis experiencias, sentimientos, ideas y anécdotas, tanto de amigos como de familiares.

Tres años de creer que ya no tengo nada que decir y descubrir que siempre hay algo que contar.

Tres años de fotografías que acompañen la historia.

Tres años de decidir seguir escribiendo para mí, por mí y pensando en ti.

Tres años de frases escondidas, de indirectas, de personas sin nombre.

Tres años que van y vienen. Que ya se fueron.

Tres años de errores, pero también de aciertos.

Tres años de pasado, presente y quizá… que me invitan a recibir el futuro.

Tres años de publicaciones con dedicatorias secretas o directas.

Tres años de felicidad, de tristeza, de coraje, de caídas y de seguir aquí, recuperándome una vez más.

Tres años de recordar por qué comencé este blog, y por qué no debo dejarlo atrás.

Tres años de constancia, de voluntad, de perseverancia, de pasión y de vivencias.

Tres años que me motivan a seguir, a recordar y a inventar.

Tres años de mi vida.

Tres años compartiendo experiencias.

Tres años que sólo puedo celebrar así, escribiendo.

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Hace tres años… encontrando de qué escribir.

Hay mucho que contar, aunque no siempre tenga la palabra perfecta en mi mente, o en mis escritos. Seguiré buscando la forma de narrar, de expresar y de liberar lo que recorre mi cuerpo, mi vida y mi corazón. Para mí, escribir es una forma más de seguir existiendo.

Por estos tres años… y los que vienen. ¡Gracias!