Estos días no han sido fáciles. Te has aventurado involuntariamente en una vida que parece estar de cabeza. Pero no eres el único. Todo esto, es como si estuvieras interpretando al personaje de alguna película con trama apocalíptica y no te enviaron el guión para saber cómo, ni cuándo termina. Aún así, debes quedarte en casa, tanto como puedas. Por tu bien y el de los demás.
A veces, te sientes como un pequeño ratón enjaulado. Ya sea estando solo o con compañía, sigues dentro de 4 paredes. Yendo de un lado a otro, repitiendo el recorrido diariamente. Para intentar encontrar cómo sentirte menos estresado, cansado o harto de lo mismo.
Puedes pedir algunas cosas a domicilio, pero hay un punto en el que ya no sabes qué más comprar. Las videollamadas ya no son tan reconfortantes como al principio. Ya viste todos los capítulos de la nueva serie y básicamente ya realizaste todas las actividades -recomendadas- durante la cuarentena.
Por otra parte, también hay días buenos, éstos te ayudan a utilizar la energía acumulada y darle un poco de optimismo a la situación. Aprovéchalos.
Este contexto que estás viviendo no es normal. Nadie te explicó cómo superarlo, cómo pasar los días. Nadie estaba preparado. Ni siquiera tu mascota sabía que te quedarías en casa con la pijama puesta todos los días.
Está bien que no te guste esta situación de la pandemia. Está bien querer que se encuentre la cura para el COVID-19 el día de mañana. Está bien sentirte frustrado, cansado, molesto. Es comprensible tener una crisis existencial de vez en cuando. También, está bien tratar de superarlo con ayuda.
No olvides que todo es terreno desconocido. No bajes la guardia ahora. Quédate en casa, mantente informado de las noticias y recomendaciones oficiales. Así como tú, el resto del mundo está en la misma situación. La pandemia nos afecta a todos.
Respira, mantén la calma y paciencia. También hay algunas apps que te apoyan a relajar la mente y técnicas de meditación o “mindfulness” (haz click aquí para más info).
Tendremos que vivir una nueva normalidad y aprender a adaptarnos a otras formas de convivencia. Pero antes, debemos seguir sanos y evitar aumentar el número de contagios.
Vas a superarlo. No descuides tus esfuerzos de higiene y prevención. Tampoco descuides tu paz mental ni tu salud. Cuidando de ti, también estás apoyando a los demás.
Un día a la vez.