Lo malo, usualmente atrae más que lo bueno. Una historia triste puede tener más impacto que una buena. Hoy en día, no se sabe con exactitud cuál resulte más interesante, pero en mi caso… hay de todo un poco.

De hecho, hay personas que pueden sentirse mejor al escuchar las anécdotas inoportunas de otros… Si les contara lo difícil que fue mi historia y con lujo de detalle… no sé qué tanto, pero probablemente sería más atractivo. Sin embargo, omitiré algunas escenas y les contaré una pequeña parte de mi paseo por esta rueda de la fortuna…

“Los trámites” son el proceso más fastidioso que existe, al menos para mí. Sin intención de ofender a las personas que laboran en este ámbito, voy a generalizar. La mayoría de los que se encuentran “detrás de la ventanilla” tienen una habilidad impresionante para no inmutarse con la historia o la prisa de nadie. (Así como en la película de Zootopia…que hicieron una perfecta caracterización) Desarrollan una fortaleza para no alterar su gesto de….de… no tener gesto alguno. Pero en mi caso, lo peor es llegar a la ventanilla y que te digan: “Eso es en la otra oficina”, o uno de los que más me desespera ese “estoy en mi horario de comida o atendemos hasta las __:__” *Insertar la hora menos accesible*Documentos

Dejaré de extenderme en esa parte, porque el lado bueno, son todas las personas que han estado ahí para salvar el día, esas personas que me han ayudado, motivado, que han puesto como prioridad algún proceso entre tanto papeleo. Porque esas personas sí existen y me he topado con ellas. Gracias por ayudarme. Sigan existiendo.

Falta aproximadamente menos del año para terminar mi Licenciatura (si todo sigue como planeado), y durante los años anteriores intenté realizar un intercambio…varias veces. Para hacer esa larguísima y tormentosa historia más breve, me convertí en la chica del “Eres el primer caso/Nunca nos había pasado/Que extraño que sucediera esto/Intenta en la próxima convocatoria/ Etcétera, etc…”  Pero no crean que no buscaba el lado positivo. También hacía mi buena obra del día. Cuando me enteraba de  alguien que estaba en una situación similar, tenían un mal día o una mala experiencia con eso de los trámites, les contaba mi historia. El resultado era algo como (cito una frase que sí me dijeron) “Si… ya me siento mejor, creo que tu historia si fue mucho peor que la mía, en serio, tuviste mala suerte, gracias por contarme.” Y yo así de: Si también es como terapia para mí…

Si hay algo que rige mi vida es la honestidad ante todo, así que nunca fingí eso de que no me afectaba. Al menos a mí, esas situaciones sí me afectaban, a veces unas más que otras. Un día podía hablarlo bien y otros evitaba el tema. Mis amigos más cercanos y mi familia sabían la situación, pero JAMÁS me dijeron “deja de intentar”. Era todo lo contrario, siempre estuvieron diciendo que, nada es el fin del mundo, siempre hay una próxima vez, y que en esta vida, todo sucede por una razón. Esta última frase es de mis favoritas, porque es un verdadero reto, encontrar y aceptar esas razones…

Ahora viene lo bueno: “El que persevera alcanza”

Nadie nos dice la otra parte… El que persevera alcanza… pero tienes que perseverar aun cuando te lluevan piedras y caiga la peor tormenta, y un tiburón te ataque y de pronto estés a la deriva en mar abierto, y tengas a Wilson (Ref. Naúfrago) como compañía y te quedes sin “Wi-Fi” y quizá hasta tengas que empeñar tu alma, y cada vez que intentes levantarte, vuelvas a caer, y verás a otros levantarse y salir de todo eso antes que tú, o verás que otros ni siquiera tuvieron que pasar por lo que tu enfrentaste… Todo eso, a veces con más, a veces menos, pero en mi opinión, es lo que está detrás de un “El que persevera alcanza”. Porque la verdad, está cabrón eso de la perseverancia.

Dentro de mis estándares, me he quejado mucho, me he comparado mucho, me he caído mucho, he pensado en rendirme…sí, mucho, he batallado mucho, pero también me he levantado cada vez, y no digo que lo haya hecho sola. Siempre consiente o inconscientemente alguien ha sido parte importante para lograrlo. A veces contra mi voluntad, pero he aprendido, he crecido, y quizá no en ese mismo momento pero con el tiempo, lo he aceptado, he cambiado y sigo avanzando. Y no todo fue así tan intenso lo admito. Sólo que esta vez hablo de este pequeño bache en el camino.  La verdad es que sí la he pasado excelente y cada día hay momentos invaluables.

Habrá quien piense que no es nada, quien piense que es mucho y quien ni lo piense… Pero es algo personal, así que perseveré y por el momento alcancé una de mis metas, quizá no es como lo había planeado en un principio, pero en este camino todo es una variable, nada es definitivo y mientras haya vida, nada es el fin del mundo.

Así que es un camino de sorpresas inciertas, pero seguiré con eso de la perseverancia… y desde Buenos Aries, Argentina, les contaré más sobre esta nueva aventura, aunque para eso, no olviden seguir paseándose por este blog…