Este 02 de noviembre, justo me preguntaron por qué en México celebramos el Día de Muertos. Mi respuesta fue explicar que no es a la muerte lo que se celebra, sino la vida. Para mí, es en especial un día más para recordar los momentos, en especial los buenos… Es por aquellas personas que de alguna u otra manera fueron parte importante para nosotros.

Inevitablemente estar lejos de mi familia en estas circunstancias, es extrañarlos y sentir un grado de impotencia. Entiendo que dejar ir a nuestros seres queridos es parte natural de la vida, son los planes de Dios y creo que significa que han cumplido su tiempo con nosotros y en este mundo, aunque las lágrimas se asomen incontenibles…

Justamente por ello, debo recordar que tengo la fortuna de que esas personas que me rodean son las que me hacen crecer, aprender y sobre todo disfrutar la vida. Ese es el legado que ha dejado en mí un gran hombre que el día de ayer partió para descansar. Nos hará mucha falta, de eso no hay duda. Sin embargo, nuestro Don Roberto, el Señor Ross, El Licenciado, El Profesor, un gran padre, hermano, y cada quien tendrá alguna forma de llamarlo y recordarlo, pero para mí: El Abuelo; seguro que está ya en paz y descansando.

Ese hombre que con su fortaleza, carisma y un carácter inigualable para dejar en claro lo que pensaba y defendía, ha dejado una parte suya en nuestra familia, y puedo asegurar que en muchas personas más, sus amigos, sus alumnos, sus colegas, todo aquél que lo conoció…entenderá de lo que hablo.

Un ejemplo único, honesto, apasionado de su profesión, conocido por sus anécdotas, ocurrencias, pero más aún, influyente con sus enseñanzas. Siempre luchando, siempre adelante…

Recordémoslo así.

 

Para ti abuelo, me despido con este escrito hasta el cielo.